Me acompañas, te acompaño.
Tenemos miedo a morir. Tenemos miedo a la soledad. Pero si tenemos miedo a morir solos, todo se multiplica.
La muerte nos conecta con el propósito de la existencia. Solo que cuando llega esa lección a nuestra experiencia dura un instante y si no la comprendemos de manera profunda y consciente, ese aprendizaje se desvanece y volvemos a empezar.
Si me acompañas a morir, aprenderemos juntos el valor de la vida humana, el sentido del servicio, el propósito de amor que hay en cada experiencia.
Si te acompaño a morir, tendré el honor de sentir como tu alma abraza la mía, como un segundo es infinito, como el destino unió a dos “desconocidos” para amar sin esperar nada. Siendo ellos mismos. Aprendiendo el uno del otro sin reservas. Emoción con emoción, mente con mente, alma con alma.
Gracias por permitirme acompañarte a morir. A conectar con ese gran momento presente, en el que nos damos cuenta por un segundo que la vida y la muerte son lo mismo.
Gracias por permitirme enseñarte la muerte desde el descanso, desde la gran vulnerabilidad, desde el desvanecimiento del ego y la soberbia.
Gracias por haber pactado este encuentro, este adiós que en realidad es un hasta pronto.
Gracias por acompañarme.
Ahora es cuando puedo darme cuenta que me amabas sin conocerme y yo llevaba toda la vida amándote sin saberlo.
Gracias a todos los sanitarios y enfermos del mundo.
Héctor Puche

Gracias Héctor!!!
Ojalá se enseñara más sobre este tema,desde pequeñitos y empezar a verlo todo desde otro punto, era algo que me inquietaba hace años, pero creo que tendré que morir muchas veces para poder enseñarlo en los colegios.
Que bonito es morir y que bonito es vivir!!!
Gracias por ir plantando semillas ??????
Ese es uno de mis proyectos con neuropedagogía para padres en colegios. Aún no ha llegado el momento, esperemos que falte poco para que los menores de 12 años comiencen a aprender cosas útiles para su vida espiritual.
Maravilloso Héctor,el mundo te necesita!!! Gracias